27/04/2024 - Edición Nº2956

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Campeón de boxeo cubano atraviesa el mar para fomentar talentos en Xinjiang

27/03/2024 12:47 | (Xinhua) -- En un ring de boxeo enclavado bajo las majestuosas montañas de Tianshan, Dagoberto Capote se mueve con destreza, enseñando rápidos golpes a sus discípulos de Xinjiang.


por Por Sun Zhe, periodista deportivo | Agendia Xinhua


A pesar de sus 56 años, el entrenador cubano irradia una pasión desbordante, una energía similar a la de un púgil joven que sube al cuadrilátero por primera vez.

Gesticula con entusiasmo y mezcla frases chinas como "jiayou" (sigue adelante) y "campeón" con el español, animando continuamente a su grupo a superarse en todos los aspectos del entrenamiento. Bajo su espíritu contagioso, la intensidad de las prácticas se incrementa hasta alcanzar una atmósfera ferviente.

"La pasión corre por la sangre de todos los cubanos y es inherente a nosotros", reconoce con orgullo. "Un buen entrenador no solo posee conocimientos profesionales, sino que también sabe mantener a los boxeadores apasionados y positivos cada vez que entrenan".

 Durante su carrera boxística, fue un atleta distinguido y campeón nacional. Luego de retirarse, se convirtió en adiestrador por su amor a este deporte y ha impartido sus conocimientos en Cuba, Venezuela y, ahora, en el Xinjiang chino.

El pasado junio, siguiendo numerosas recomendaciones, junto con su compatriota Luisbey Sánchez cruzaron el océano para hacerse cargo de la división de mayores y de la juvenil del equipo de boxeo de la región autónoma.

Allí, esta disciplina goza de una gran tradición y cuenta con la participación activa de jóvenes kazajos, uygures y de otros orígenes étnicos. A lo largo de los años, numerosos atletas destacados, como Mehmet Tursun Chong y Tohtarbek Tanglathan, que han obtenido notables resultados en varias competiciones internacionales, han surgido de este territorio al noroeste de China.

Al llegar a Xinjiang, Capote admitió que sentía una enorme responsabilidad debido a esa ilustre historia boxística. Entonces, decidió integrar nuevas filosofías y métodos de entrenamiento, al tiempo que buscó fortalecer a sus aprendices para minimizar sus puntos débiles.

"Nuestros púgiles tienen excelentes cualidades físicas, pero yo me centro en mejorar sus habilidades para que sean más completos", explica.

Después de cada sesión de práctica, recompensa meticulosamente con dulces a sus pupilos, con el objetivo de elevar de manera continua su confianza y motivación.

Su dedicación no ha tardado en dar frutos, ya que Xinjiang consiguió tres oros, una plata y un bronce en el Campeonato Nacional de diciembre pasado. Una señal de su evidente progreso.

Al estar a miles de kilómetros de distancia de sus seres queridos, la nostalgia aflora de vez en cuando en el adiestrador.

Sin embargo, se ha adaptado a la vida en su nueva casa, ya sea soportando el frío invierno o probando la cocina, que es enormemente diferente a la de su tierra natal. Ve estas experiencias como un capítulo único en su existencia. Durante sus viajes por tierras chinas, no deja de tomar fotos para compartir con su familia algunas de sus vivencias.

 El cuerpo técnico y los atletas se han convertido en su "familia china" de confianza. Tras casi un año de estrecha interacción, los considera como sus hijos.

Una noche, sufrió un ataque de gastroenteritis aguda. Ante la emergencia, sus discípulos corrieron con prontitud en su ayuda y le proporcionaron comida.

"El maestro es apasionado tanto en los entrenos como en la vida. Le estoy muy agradecido por la ayuda que me ha prestado", expresa el deportista Alikut Qahar.

"La soledad es inevitable, pero vine a Xinjiang con un objetivo", admite el orientador. "Ya que todos confían en mí, debo hacer cuanto sea posible para ayudar al boxeo de esta región a lograr mejores resultados".

En los últimos años, otros técnicos de Cuba han encontrado en China amplias oportunidades para su desarrollo. Además del seleccionado nacional, los combinados provinciales de Henan, Shandong y Anhui también han vinculado instructores de esa nación caribeña.

Capote coincide a menudo con sus viejos amigos en distintos torneos. Aunque las emociones se desbordan al encontrarse, una vez que sus alumnos se paran sobre la lona, en medio de las cuerdas, todos adoptan un comportamiento serio.

"Cuando subimos al ring, somos rivales. Pero fuera de allí, volvemos a ser amigos", manifiesta.

"Espero que nuestra presencia pueda elevar el boxeo chino al primer nivel mundial", comenta con el convencimiento de que el país está mejorando rápidamente en este deporte. "Si es posible, estoy dispuesto a quedarme en Xinjiang para seguir entrenando indefinidamente".

 

 

Foto crédito

El entrenador de boxeo Dagoberto Capote entrena a sus atletas en Urumqi, capital de la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, el 21 de marzo de 2024. (Xinhua/A Man)

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